Es una historia antigua. Pero se repite. Y preocupa. En los últimos diez días sumaron doce las amenazas de bomba a la Escuela de Educación Técnica nro. 1 de Escobar, lo que trajo aparejado lo de siempre: un protocolo de seguridad que moviliza a bomberos, Defensa Civil, policía, brigada de explosivos, y otras fuerzas que deben desalojar las instalaciones de dicho establecimiento educativo al cual asisten alrededor de dos mil alumnos. El accionar es simple: un llamado al 911 o a la propia escuela alertando sobre un artefacto explosivo genera un movimiento importante, y se produce tanto a la mañana como a la tarde, buscando, como se supone, que algún examen se posponga o directamente no se tome. Ya en diciembre del año pasado había ocurrido algo parecido que concluyó con la detención del autor de los llamados. Pero ahora parece ser que la situación se reitera una y otra vez, no entendiendo cómo, con la gran tecnología que existe en materia de comunicaciones no se puede frenar un hecho tan absurdo como preocupante. Porque los padres, profesores y alumnos conviven con esta incertidumbre teniendo que atravesar una situación incómoda y perjudicial, ya que también se pierden horas de clase. Es de esperar que aquellos que tienen las herramientas para investigar puedan determinar muy pronto quién es, o quiénes son los graciosos que llevan a cabo esta modalidad.-
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