Hoy miércoles 9 de marzo Matheu está cumpliendo 124 años. Y un vecino, Alberto Palomeque, quien si bien no ha nacido en este pueblo pero es hijo del mismo por adopción, ya que hace 78 años que vive aquí (hoy tiene 89), preparó un escrito que quiso compartir con toda la gente del pueblo de Matheu:
“Siempre decimos que un pueblo nos puede dar cierta identidad, ya sea porque nacimos en él o porque lo adoptamos como propio, pero también es cierto que determinadas personas pueden identificar a un pueblo y este es, sin dudas, el ejemplo de muchos de ustedes que fueron parte de la historia de Matheu.
Nuestros padres y abuelos ya no están, pero las anécdotas, recuerdos y vivencias quedarán para siempre entre los amigos, allegados y familiares.
Aquí estamos hoy… sin quejas enojosas a nuestro destino fiel, vamos adonde van todas las cosas, donde van las hojas de las rosas, donde van las hojas de los laureles…
Pero hoy nos detuvimos aquí todos juntos, por un motivo muy especial: así como el tic-tac del reloj marca la llegada de un niño al mundo, porque es el momento, así también marcó la hora en que el pueblo de Matheu debía surgir y ser parte de este lugar, hace ya 124 años.
El viejo molino Bancalari junto al ferrocarril, pilares del desarrollo de Matheu
Han pasado muchos años, y con ellos muchas vidas, tantas vidas llenas de ilusiones, esperanzas de verlo crecer. Muchas de esas vidas se han marchado, pero han dejado su marca, con trabajo, proyectos, y por sobre todo con la esperanza de que lo que habían sembrado, daría su fruto. No vamos a nombrar a todos ellos, sería imposible, pero fueron y son muchos, gracias a Dios.
Hoy vemos que los frutos han crecido. Matheu está grande y tiene 124 años, pero sigue joven, vigoroso, fuerte y con ganas de seguir creciendo hacia un mundo moderno. Lo vemos todos los días al recorrerlo, al caminar sus calles, al doblar las esquinas que conservan su estructura, pero cubierta de recuerdos. Algunas veredas de ladrillos, unidas con barro, que aún son transitadas continuamente; otras en cambio han sido renovadas, porque lo moderno embellece y lo antiguo enternece… porque el progreso es así, y como nuestro querido pueblo no quiere detenerse ni estancarse, aprovecha las semillas dispersas por nuestros antepasados para convertirse en una hermosa ciudad.
Estamos orgullosos de nuestro amado pueblo, él existirá por mucho tiempo; nosotros pasaremos como tantos que hicieron y se marcharon, dejando el proyecto de lo que muy pronto será una hermosa ciudad.
No nombraremos a ninguno de los que tanto hicieron, y que sabemos que hoy están aquí, junto a nosotros, en nuestro recuerdo.
Agradecemos a nuestra escuela y a su vocación de servicio ejemplar, por permitirnos dejar correr estas letras en estos renglones, y enseñarnos a ser respetuosos con nuestros padres y conciudadanos; todavía se oyen las canciones de los recreos… “déjenla sola”, “estaba la paloma blanca”, “arroz con leche”, entre tantas otras.
Matheu querido: tu pueblo te quiere mucho, te cuidará, transmitirá tu esencia y la hará respetar por aquellos que todavía no conocen tu bella historia.
Felices 124 años, Matheu!, por siempre en nuestros corazones!!
Alberto Palomeque
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