Matheu está de duelo: falleció Alberto Toledo, buena parte de la historia de este pueblo

febrero 21 23:14 2020

Con la partida de Alberto Toledo, quien instaló hace más de 50 años (junto a su mujer “Tita”), “Panadería y Confitería Matheu”, se fue buena parte de la historia de este querido pueblo del partido de Escobar. Resulta difícil enumerar las acciones solidarias que Alberto y su familia han llevado a cabo en diferentes instituciones, comedores, escuelas, la Parroquia y otros tantos lugares que recibieron la ayuda de quienes fueron un poco los “fundadores” de Matheu en los tiempos donde todo era calles de tierra, veinte o treinta manzanas y unos pocos vecinos que hicieron el sacrificio de luchar por un porvenir mejor.
La Palabra de Matheu quiere homenajear a este gran hombre, quien falleció en estos días luego de luchar arduamente ya que padecía una grave enfermedad. Y lo hacemos reflejando la nota realizada por este cronista allá por junio del año 2014, mes en el que la panadería cumplía 50 años de existencia. Allí pudimos repasar parte de la historia de Alberto y la revivimos con nuestros seguidores, quedando eternamente agradecidos por todo el apoyo recibido por Alberto y Tita, ofreciendo por supuesto nuestras más sinceras condolencias a su esposa,”Tita”, y a toda la familia Toledo. A continuación, la nota del año 2014.

EL 1º DE JUNIO PANADERÍA MATHEU CUMPLE 50 AÑOS
Un comercio familiar que es parte de la historia del pueblo

Toda una vida. Con estas tres palabras se puede resumir lo que han hecho Alberto Toledo (73) y Ana María González de Toledo (tita Toledo (72)) en estos 50 años al frente de la panadería, siendo a la vez, una de las familias tradicionales más apreciadas. LA PALABRA dialogó con Alberto Toledo, hombre sacrificado si los hay, quien recuerda su llegada al pueblo: “lindos tiempos, yo tenía 22 años cuando llegué acá, al año y medio me casé, y la luchamos juntos con mi señora; al principio vimos esta posibilidad, notamos que era un pueblo que se estaba agrandando, aunque no había casi nada, la ruta 25 estaba recién hecha, había poca gente, nos conocíamos todos, eran las diez de la noche y estábamos afuera con los vecinos, pleno verano, cosas que ahora no se pueden hacer”. “En cuanto a los primeros amigos – continuó Toledo – recuerdo a Portillo, Frena, Gadda (que vino un poco después) y mucho más no había; en cuanto al rubro que elegimos nosotros somos hijos de panaderos, otra cosa no sabíamos hacer y por supuesto seguimos la costumbre de mis padres, no así mis hijos que yo no quise que siguieran con este trabajo, porque sé lo difícil y sacrificado que es, no hay sábado, ni domingos, hay que estar siempre detrás del mostrador y por suerte los dos hijos que tenemos son profesiones y eligieron otra actividad”.
A la hora de recordar las épocas difíciles que le han tocado vivir,  Alberto reconoció que “hubo varias, pero ninguna como el tiempo donde estuvo Martínez de Hoz, renegamos muchísimo con el precio, con la harina, en fin, con trabajo y esmero salimos adelante; nosotros estamos muy agradecidos a toda la gente del pueblo, nos conocemos
mayormente con todos y fíjese que quienes hace años vinieron siendo chicos de la escuela a ver cómo se hacía el
pan y algunos de ellos hoy ya son abuelos, evidentemente ya nos conocen más de dos generaciones”.
Vale agregar que la familia Toledo, a través de la panadería, ha sido muy solidaria y tuvo que ver con el crecimiento del pueblo y sus instituciones (han colaborado enormemente con la escuela nro. 6, con la Parroquia, con comedores comunitarios, particulares y un sinfín de acciones solidarias) que Toledo minimiza por su habitual humildad, limitándose a decir simplemente que “no revisten importancia, nosotros hemos dado al pueblo lo que el pueblo nos dio a nosotros, hemos sido consecuentes con el pueblo, como corresponde, así que si bien lo hemos hecho, hoy día lo estamos haciendo y lo volveríamos a hacer, nada más”.-