En el marco de la 10ma. sesión ordinaria realizada en el Concejo Deliberantede Escobar, vecinos de la zona de Ruta 26 se hicieron presentes para acompañar la derogación de la ordenanza que permitía la instalación de un bingo y un complejo comercial en el cruce de Panamericana y Ruta 26. Entre ellos, Javier Coqui, integrante de la Asociación Civil Amigos de la Ruta 26, explicó los motivos de la oposición vecinal y celebró el reciente fallo judicial que frenó el proyecto.
“Pertenecemos a una asociación civil sin fines de lucro que se organizó para frenar el avance del municipio en algo que no corresponde”, afirmó Coqui, al tiempo que remarcó que el predio elegido “está cerca de colegios, sin infraestructura adecuada y a una cuadra de un centro de rehabilitación de adicciones”, por lo que consideran que la decisión oficial “fue un atropello” que no tuvo en cuenta las características del barrio.
Coqui insistió en que los vecinos no rechazan el progreso, pero exigen que sea “ordenado, con obras que realmente beneficien a la zona y no negocios que sólo favorezcan a algunos”. Según señaló, el proyecto original se aprobó “entre gallos y medianoche” y sin consulta a los frentistas.
Relación con el Ejecutivo y respaldo judicial Al ser consultado sobre el diálogo con el municipio, Coqui sostuvo que no hubo contacto con el intendente ni funcionarios durante este último año. “En otras oportunidades nos atendieron sólo para patear los reclamos para adelante. Esta vez demostramos que podíamos pelear en serio y la Justicia nos dio la razón, porque los argumentos eran válidos”, manifestó.
El fallo judicial que suspendió la ordenanza fue interpretado por la asociación como una confirmación de las irregularidades denunciadas: desde errores de razonificación hasta decisiones adoptadas sin participación ciudadana.
¿Un bingo en otra zona del distrito? En cuanto a la posibilidad de que el bingo se instale en otro punto del Partido de Escobar, Coqui se mostró abierto: “Si lo quieren poner en un lugar donde no moleste y la gente esté de acuerdo, que lo hagan. No nos oponemos a eso. Pero ahí, no”. También advirtió sobre cuestiones ambientales y de infraestructura en el predio originalmente elegido, como el nivel de las napas y la cercanía al arroyo.
Un año de lucha vecinal
A casi un año de la aprobación de la ordenanza, la derogación llega como un cierre positivo para los vecinos que, organizados, lograron hacer oír su reclamo. “Solo queremos un progreso real, sano y controlado, guiado por el bien común”, concluyó Coqui.-
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